Jorge Ruiz: "La única salida para la continuidad de
producción es la creación de un mercado común iberoamericano"
Documentalista Boliviano. Premio Ciudad de Huelva
10 de noviembre de 2003
Encantado
en una ciudad que ya admira, reconoce la crisis del cine iberoamericano
pero deja un hueco para la esperanza. Tras una dilatada carrera que supera
las cien películas, Jorge Ruiz recibe hoy el Premio Ciudad de Huelva.
Y no será lo único que reciba porque, gracias a la colaboración
de Kodak, Madrid Film Y Telson, el Festival regalará a la Fundación
Jorge Ruiz una copia en 35 mm de "Vuelve Sebastiana", primera
película del cine boliviano, que podrá así ser disfrutada
en la gran pantalla.
¿Cómo le está tratando la ciudad del Huelva?
Extraordinariamente en todos los sentidos. Admiro mucho la capacidad organizativa
de los directivos de este Festival. Es perfecta. Además está
la afluencia de tantos latinoamericanos.
Y sobre el Festival...
Es un festival de mucho renombre mundial, muy conocido en todo Latinoamérica.
Siempre hemos considerado que es una puerta de entrada a Europa. Es la
primera vez que vengo a este Festival, y me produce mucho orgullo.
¿Cómo definiría el estado de salud del cine iberoamericano?
En general, en crisis. Por el dominio cinematográfico que tiene
Hollywood. Siempre lamentamos la ausencia de producciones iberoamericanas.
Luego hay una decadencia lamentable del público, por una razón
muy obvia: el dominio de los medios televisivos. Y en los países
más chicos como Bolivia, Ecuador o Paraguay, es peor porque la
producción local está limitada por la recuperación
económica de las inversiones que se hagan. No obstante, se están
produciendo películas.
Una crisis que se combate con altas dosis de creatividad...
Hay un punto importante. La esperanza, y creo que la única salida
para la continuidad de producción es la creación de un mercado
común iberoamericano, especialmente para los países chicos.
Cuándo usted comenzó a filmar en su época de estudiante
agrónomo, ¿tenía alguna idea de lo que el destino
le aguardaba?
La vocación por el cine yo la tuve desde casi mi infancia, cuando
llegó el cine sonoro a Bolivia, hablo de los años 30. Tuve
la oportunidad de ver algo que al día de hoy recuerdo. Tendría
yo unos 7 años. La primera película sonora que vi era un
documental, se llamaba "África habla". Entonces me llegó
mi vocación permanente.
¿Por qué cine documental? ¿La realidad supera a
la ficción?
Decidimos hacer cine documental porque es un trabajo más producido
en cuanto equipo. Es el camino obvio. Una ficción puede ser una
maravilla, pero un documental también. Tiene otro lugar dentro
de la cultura, del conocimiento de las realidades de los países.
Aunque sí es verdad que coinciden en una cosa: una película
no es una obra individual, siempre se lleva los honores el director, pero
el cine es producto de equipo, de varios talentos. El éxito de
una producción es de todo el equipo.
Tras más de un centenar de títulos, ¿hay algún
tema que le ha quedado sin rodar?
Muchos. En toda mi trayectoria internacional he producido, además
de en Bolivia, en Chile, Perú, Ecuador, Colombia, incluso tuve
la posibilidad de hacer un documental en Nueva York. Pero mientras haya
vida sobre la tierra, va a haber temas, a cualquier nivel. No sólo
en el indigenista. Por ejemplo, de Huelva se podría hacer un documental
maravilloso.
¿Cómo definiría su forma de hacer cine?
En mi caso, soy un artesano del documental. No soy un profesional del
cine. Por lo tanto, que me digan cineasta no me llena, pero sí
me llena la palabra de los pueblos rurales de la amazonía boliviana
"cinero". Es el más justo calificativo para mi caso.
Porque es un oficio, y de mucho orgullo, como cualquier artesano.
Elija un paisaje para contemplar.
La obra de la naturaleza, lo natural. Soy muy inclinado a lo rural.
¿Y un lugar para vivir?
Yo soy pueblerino, no me atraen las grandes ciudades. Un lugar maravilloso
para vivir podría ser Huelva, por lo que voy viendo. Me deslumbra
más que las grandes ciudades como Madrid o Los Ángeles.
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