LECTURAS B4,
LOS TIEMPOS, COCHABAMBA, DOMINGO 9 DE DICIEMBRE DEL 2001

LA EXPERIENCIA DE JORGE RUIZ

La impronta de Jorge Ruiz en el Instituto Cinematográfico (IBC) no es para nada desdenable. Una vez en la dirección del ICB en reemplazo de Waldo Cerruto, el cineasta cambió la orientación del Instituto del reportaje cinematográfico al documental, y lo que hoy en día se diría docuficción.

En efecto, el reportaje cinematográfico ha sido un género muy cultivado entre los cineastas de la época y una tendencia que no debe confundirse con el documental es el reportaje.

Nacido también en las actualidades y noticiarios de los primeros anos del cinematógrafo, quedó conformado totalmente durante la Primera Guerra Mundial, tanto por lo que respecta a las cámaras destinadas a cubrir la información cinematográfica para los noticiarios como prrque fue la primera vez que los distintos ministerios de Guerra y Propaganda crearon departamentos de filmación y difusión de imágenes.

Fuera de los períodos bélicos, el reportaje se ha limitado fundamentalmente al ámbito periodístico. Después de la aparición de la televisión y el video, que posibilitaron la creación de pequeñas unidades autónomas y de gran movilidad, las llamadas ENG, el reportaje no vio reafirmada su vigencia ( Navarro 2000: 108 ).

Ruiz , por ende, no se dedico con prolijidad al rodaje de los " Noticieros" del ICB que destacaban los avances de la Revolución Nacional y los actos oficiales de la dirigencia del MNR, sino, por el contrario, empezó a filmar "Las montanas no cambian", "Un poquito de diversificación económica" y "La Vertiente", entre otras producciones, que narran el camino de la emancipación económica y social de Bolivia.

Su orientación, como veremos, es la de la ideología nacionalista, pero asentada en la documentación de los acontecimientos históricos acaecidos a mediados del siglo XX, matizados ellos por el vuelo que le da un artista.

Objetividad

Para nuestros propósitos, asimismo, entenderemos por el cine documental como el género opuesto, por definición, al cine argumental o de ficción porque "nos habla ante todo de objetividad y realidad" (Espinal 1977:54)

El cine documental tiene por meta explícita el mostrar la realidad tal como la ve y para ello se propone asemejar la representación con la realidad y al actor con el personaje. Sin embargo, el ideal de objetividad es imposible por la mediación y la tergiversación en la filmación debido a los factores de la cámara "que no da la realidad sino solamente su imagen" y el director quien "selecciona la realidad y la ordena"(ibid). Se suma a lo dicho el dilema, según Luis Espinal, de hacer un "cine pasivo"o un "cine activo"; el primero es "respetuoso de la realidad y objetivo; cine impersonal que no nos puede dar una obra de arte".

El segundo un cine que "nos presenta la realidad ya modificada; cine en el que el director expresa su personalidad y crea una obra de arte". (ibid).

Ruiz, en nuestro criterio, acometió el cine activo al poner en sus filmaciones durante el ICB y otras relacionadas a la Revolución Nacional su inventiva, pero teniendo siempre en cuenta que "cuando se respeta ante todo la realidad, el resultado es el cine documental
(Espinal 1977:54). Su cine antropológico como del nacionalismo cumplieron con los requisitos del documentalismo exigidos por los críticos de cine, como lo fue, para nuestro caso, Luis Espinal.

Con Ruiz el país empezó a valorar las culturas nativas, de tal suerte que su documentalismo es indigenista, vale decir orientado a valorar y resaltar la relación equilibrada del hombre andino y amazónico con la naturaleza y entre sí. En cierta medida el documentalista resumió en este acápite de su obra las prescripciones de Franz Tamayo acerca de la raza indígena como telúrica y de una férrea voluntad para mantener su identidad cultural.