Baraquiel Timor Dei  

Baraquiel Timor Dei   

Melchor Pérez Holguín   
Entre 1660 - 1724   
Oleo sobre tela 164 x 104 cm    
Colección particular, Bolivia   
  

Baraquiel Timor Dei se expone por primera vez al público luego de un largo proceso de restauración; trabajo que consistió en retirar otra pintura de posterior época y distinto tema que cubría totalmente la capa original de pintura. hecho que había sido detectado por exámenes radiográficos. Analizadas las características de la obra original. se identificó al autor y el tema, y concluido el trabajo de restauración, éste nos valió el privilegio de identificar una imágen del Arcángel Baraquiel Timor Del, pintura que corresponde al maestro Melchor Pérez.  
Melchor Pérez Holguín el  más importante pintor boliviano de la época colonial, trabajó en Potosí entre 1660 y 1732. Su prolífica obra constituye la cima del arte y de la vida intelectual en la ciudad imperial de Carlos Quinto. Esta obra brinda nuevas posibilidades de ver al maestro en otra faceta de su arte, por que con la inclusión de esta nueva pintura de tema angélico en la obra de Holguín muy cercana a otros dos lienzos atribuidos al pintor, se rompe un tanto el preconcepto sobre sus pinturas, caracterizadas más por la temática de santos místicos y ascetas aparentemente preferida por el autor, pero Holguín como conocemos, encaró dentro de las etapas de su vida artística una iconografía más diversa, pudiéndose deducir que además de sus posibles preferencias temáticas, respondía paralelamente a una demanda de gusto y variadas necesidades de la sociedad virreinal potosina. En el cuadro de Baraquiel Timor Dei vemos al ángel vestido a la romana al centro del lienzo de fondo oscuro, fondo que cambia de tono suavemente en la línea divisoria del piso y tiene en toda la extensión del perímetro un marco de flores con rosas y hojas . Sobresalen los intensos colores del ropaje, tanto del manto verde como del faldellín rojo, mientras que el azul de la chaqueta se reconoce en otras obras del maestro. La actitud de la figura denota fuerza con un toque de grandiosidad por el movimiento del manto y el brazo, empuñando la espada de fuego sobre la cabeza, los pies ligeramente separados dan aplomo a la figura, mientras que el manto recogido en el brazo izquierdo del personaje suaviza su actitud. Las extremidades, especialmente la mano izquierda son de calidad. Aderezos como el borde de la casaca azul, los broches, encajes y el paño blanco de la cintura complementan con sus destellos y claridad el contraste para efectos de mayor claroscuro en la valoración tonal, la misma que le da volumen a la cabeza que va ligeramente en tres cuartos y echada hacia atrás, coincidiendo con la dirección de la mirada; el paso entre la carnación del rostro sobre el fondo del verde intenso del manto, se suaviza por los tonos de la castaña cabellera del ángel. El lienzo de Baraquiel Timor Dei  lleva la firma de Holguín pero indudablemente es de mano del maestro y corresponde a una etapa más bien tardía de su producción, donde  imprime con más soltura el uso de color, con una paleta brillante y viva que maneja con libertad. En Baraquiel  Timor Dei se ve a un Holguín maduro, pero a la vez alegre y a distancia de sus santos ascetas, aquí Holguín sale de sus grises a colores brillantes, a movimiento y fuerza, pero sin dejar el claroscuro que dominó en el transcurso y ejercicio de su arte, efectos todos ellos desplegados talentosamente con el recurso estético que le brinda el tema. Creemos que esta nueva pintura de Holguín por las características señaladas, constituye un hito en la obra del maestro, y por ello nos satisface haberla identificado y aportado a su rescate.  

BEATRIZ  LOAIZA BEJARANO 

 
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